Para no Dormir la Siesta: CIEN AÑOS DE IMPUNIDAD

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CIEN AÑOS DE IMPUNIDAD

Para que los hechos históricos trascendentes pierdan el sentido de cambio social y sus actores se conviertan en personajes de historietas, es que la ideología global imperante usa dos técnicas clásicas: miente u omite hasta que el hecho desaparezca de la memoria colectiva, o los convierte en íconos comerciales. Así Ernesto Che Guevara hoy es camisetas impresas, afiches neorebeldes e inspiración Light para la locura altruista. Lejos de eso, el legado de Guevara es una propuesta concreta, con desarrollo intelectual para el cambio futuro. Así también para algunos las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo son turismo político, fotografiadas por los viajeros que admiran la perseverancia de esas señoras que no creen en el olvido, y no como la lucha permanente contra la impunidad de los poderosos.
Mario Bennedetti acuñó un título de novela: “El olvido está lleno de memoria”... oración que gana mucha fuerza y sentido cuando se escarba en la memoria de los pueblos, gesto alejado absolutamente del rencor (ese que impide seguir avanzando), sino lo contrario; es la lección elemental para que nuestra construcción del cambio definitivo tenga, parafraseando a un constructor civil, “bases sólidas”.
En Latinoamérica la clase históricamente dominante utiliza el exterminio sistemático, individual y colectivo, de los que se constituyen como agentes de cambios y con el exterminio instalan la necesaria dosis de amnesia. Ejemplos sobran; actos macabros y sutiles como la esterilización masiva y engañosa de los habitantes originarios del Amazonas o explícitas y aberrantes como el asesinato selectivos de activistas, invasiones armadas o matanzas colectivas. De esto último Chile tiene un trágico récord: homicidios colectivos de obreros durante el siglo XVIII y XIX, que la historia oficial se ha encargado de ocultar, minimizar o descontextualizar. Aquí no hablamos de enfrentamientos entre soldados y trabajadores armados... damos cuenta del exterminio unilateral sin miramientos por parte de las Fuerzas Armadas, brazo largo y mortal de los dueños del capital.
El 21 de diciembre de 2007, se cumplen cien años de la Matanza de la Escuela Santa María de Iquique.
Terminaba 1907, cuando las condiciones laborales de los trabajadores de la industria del salitre superaron la paciencia de los hombres y mujeres acantonados en el Desierto de Atacama. Se declara la Huelga General el 16 de diciembre. En un gesto pocas veces visto personas en masa cruzan a pie el desierto para llegar a la costa, hasta el puerto de Iquique para que las autoridades chilenas intercedieran ante los dueños extranjeros de las empresas salitreras que les imponían regímenes de trabajo inhumano. Cuando los trabajadores vieron llegar los barcos de guerra con soldados los fueron a recibir con vítores y aplausos... las Fuerzas Armadas venían a proteger a su pueblo. El desenlace es paradójicamente trágico.
El material audiovisual que está a continuación, explica el proceso e invita a escarbar en el olvido para recuperar la memoria.